Monday, February 23, 2009

El Dulce Insecto

Una libélula pasa,
se posa, se extravía
en el sendero desviado
que traza el viento debajo de sus alas.
Verde, de ojos muy negros.
Tus ojos son insectos esmeraldas,
sus alas transparentes los transportan
de mi brazo hacia el hombro,
luego al pecho que brilla
pálido bajo la luz mediana
que entra entre las cortinas.
Tu boca me recorre los lunares:
por la muñeca, cuello, mejilla,
mi espalda, cadera, seno.
Contigo siempre es primavera,
todo en mí reverdece,
todo canta,
y un sombrero de luz
adorna mi cabeza.
Tibia, tibia coraza tu piel tostada
como pan, como pastel sabroso.
Y tus hombros redondos y carnosos,
y tu abrazo enredado en mi cuerpo,
y tu pecho hogar para mis besos.
Y de pronto silencio:
ya no encuentro tu mano,
y tu voz se oye lejos, pocas veces…
Y yo no hago más que pensar en ti.
La libélula verde revolotea sobre el agua.
Parpadeas un segundo y la ves
que se posa pausadamente
en el nenúfar azul que está a un metro.
Vuelves a parpadear…
y ya no está.
Paola C.H.

2 comments:

  1. Paola:
    Me gustan, son buenos, no dejes de escribir y de dejar que "fisguemos" tus escritos... Gracias y enhorabuena.

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  2. Qué lindos poemas, sigue escribiendo muchacha, que vas bien.

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